Para una práctica crítica-reflexiva de nuestra vida cotidiana

“Hemos asistido a lo cotidiano, a lo que sucede cada día. Pero les propongo: Aquello que no es raro, encontrémoslo extraño. Lo que es habitual, hallémoslo inexplicable. Que lo común nos asombre. Que la regla nos parezca un abuso. Y allí, donde demos con el abuso, pongámosle remedio.”

B. Brecht

sábado, 7 de agosto de 2010

Elogio al dolor

Hace unos días, en la obra en que trabajo estaba platicando con el maestro herrero, hablando de la vida y los procesos mentales del ser humano, me dijo unas palabras muy sabias: "si no te duele, ya no importa." Quizá significa que sin dolor, la tragedia no existe para ti. La condición del dolor en la vida, puede ser desastrosa, pero también creo que puede ser un aliento, una esperanza. Sin dolor, no hay amor, ni invención, ni superación, nunca nos inmutaríamos por nada, la vida y la muerte serían sólo espasmos repentinos sin, quizás, ningún sentido. Así que venga el dolor a mí, que traiga consuelos, caricias, y con suerte un día, me deje pensamientos renovados de amor por la vida.

3 comentarios:

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  2. Comparto lo que escribes, pero no completamente, creo que la aceptación del dolor y el sufrimiento como parte inmanente de la condición humana, es importante para conducirnos a vivir una vida más lúcida y más honesta con ella misma; pero esto no debe llevarnos a buscar a regodearnos en el estoicismo o a la compasión por uno mismo en el dolor y en el sufrimiento, porque esto suele llevarnos a lugares tan comunes como intolerables, lo natural es eludir estos sentimientos o mejor dicho, es superarlos y aceptarlos... quizás la vida radique en eso, en esa condición de plena aceptación del dolor, pero una vez dentro de él, buscar salir de ahí insistentemente.

    En ese sentido, si lo ves así, tu "elogio al dolor" más que una celebración del mismo, es una racionalización para salir de él.

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  3. la presencia del dolor en la vida, es como en el amor. es esa sensación a la que no nos decidimos a abandonar por temor a perder la sensibilidad que nos hace sentir, que estamos vivos.

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